Fuimos a ver a Picasso en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas
Antes de ir a Caracas lo vi anunciado en la prensa. Si hemos recorrido museos de todo el mundo admirando su arte (recientemente en Madrid estuve ante el mismísimo Guernica), como no voy a ir a ver la colección completa de Picasso que posee el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y que en estos días se exhibe al completo bajo el nombre “Camarada Picasso” (ellos son así, les gusta inventar). Así que invité a dos amigas, y aprovechamos para ir en grupo con @caminadoporcaracas que hizo el recorrido un sábado bien temprano. Desde aquí agradecemos su iniciativa y su compromiso por hacer mejor a Caracas.
El MAC como se conoce abrió sus puertas en 1974 y como todos los caraqueños saben en un moderno edificio (que ha ganado premios de arquitectura) ubicado sobre la Avenida Bolívar, en la zona conocida como triángulo de las Bellas Artes, por cuanto en una corta distancia se concentran los grandes museos de la ciudad, la Galería de Arte Nacional, el Museo de Bellas Artes y el MAC, además del maravilloso Teatro Teresa Carreño. Y además, es gratis, cosa que no sucede en otros grandes museos. La colección de este Museo comprende unas 4600 obras de arte, la mayor parte de ellas compradas en subastas y galerías de todo el mundo, gracias a la labor de su directora por muchos años Sofía Imber, dirigida a conformar una colección de los artistas más importantes contemporáneos venezolanos y extranjeros, como inversión patrimonial para el país.
Llegamos temprano y allí tuvimos la suerte que nos esperara el curador del museo, por ser una visita organizada, quien nos explicó todo lo relativo a la Colección Picasso del MAC. Hay que decir que el museo, como todo en Caracas, está descuidado y no se exhibe casi ninguna de las obras que conformaban la exhibición permanente. Pero igualmente mereció la pena ir. Alguna obra de Cruz Diez y Soto, y algunas otras importantes lucen aisladas en algunas de las 11 salas que tiene el museo (las otras están cerradas), pero en la exhibición temporal de Picasso que se ofrece en estos días en la Sala 10, sí están todas las que posee el museo.
La colección del MAC de este gran artista está conformada por un conjunto de 148 obras, que incluye cinco pinturas al óleo (entre ellas Retrato de Dora Maar, Busto de mujer con cinta amarilla y Composición: Dos mujeres), cuatro dibujos, dos matrices (una plancha de cobre y una de linograbado), una cerámica y una muestra de su obra gráfica conformada por 136 piezas, entre las que se incluyen los 100 grabados de la Suite Vollard y el conjunto de los 11 Estados del Toro. Además, dos ediciones facsimilares de 42 bocetos del Guernica y siete reproducciones litográficas de La Chute d´Icare (La caída de Ícaro). Se trata de la colección de Picasso más importante de América Latina.
En la sala 10 entramos al espacio reservado para la Suite Vollard. EL juego completo de la serie fue adquirido por el museo en 1989 por 700.000 dólares, y es una de las series completas que existe, y sólo doce museos tienen una igual, entre ellos el Museo Británico, la Galería Nacional de Australia, la de Canadá, la Fundación MAPFRE en Madrid y el Museo de Arte de Filadelfia. Es un conjunto de 100 grabados en estilo neoclásico del artista español Pablo Picasso, producida a partir de 1930-37. Llamada así por el marchante de arte que los encargó, Ambroise Vollard, en 1930. Picasso trabajó extensamente en el encargo en la primavera de 1933 y completó el conjunto en 1937. Pasaron otros dos años hasta que el impresor Roger Lacourière terminara de imprimir los 230 juegos completos, pero la muerte de Vollard en 1939 y la Segunda Guerra Mundial significaron que los grabados comenzaron a llegar al mercado del arte en la década de 1950. Desde entonces, la suite se encuentra en diversos museos, y los grabados de la suite son piezas de colección.
Viendo las imágenes, y conociendo todos la importancia de Picasso, no tengo entonces que decir que fue un lujo poder asistir a esta exposición, porque hacía mucho tiempo que no se exhibía en conjunto toda la colección que posee este museo. Escuchamos atentamente la explicación, aunque un poco decorada para darle una orientación más “revolucionaria”, pero que igualmente mereció la pena para conocer a fondo las piezas que la conforman, y nos paseamos con calma por la sala, admirando la obra de este genio del arte del s. XX. No han dicho cuánto tiempo tendrán la exposición abierta, pero merece le pena, y mucho, aprovechar estos días para ir a visitarla.