La ruta de las esculturas de Oviedo
La capital del Principado de Asturias es una preciosa ciudad, que presume de haber sido elegida la ciudad más limpia de España y de ser el centro de la atención mundial todos los años cuando en su Teatro Campoamor se entregan los premios Princesa de Asturias (antes Príncipe). Por si esto fuera poco, presume de ser un museo al aire libre, pues con el paso de los años su paisaje urbano se ha venido enriqueciendo con más de cien estatuas dedicadas a personajes relevantes para la ciudad y otras puramente artísticas. Para conocer la ciudad donde nació mi mamá, hoy te propongo acompañarme por la ruta de las esculturas, ya oficializada en las respectivas guías de turismo.
Vamos empezar nuestra ruta en la plaza de la Catedral con una de las estatuas más antiguas, la del Rey Alfonso II el Casto, que se encuentra a un lado de la entrada de la Catedral, que es del año 1942 del escultor ovetense Víctor Hevia.
Muy cerca de allí se encuentra el llamado Jardín de los Reyes Asturianos Caudillos, con un conjunto de esculturas de los reyes de Asturias, los primeros que existieran para después dar paso a los reyes de España. En el centro, con su espada en la mano, Pelayo que inició la reconquista con su triunfo sobre los musulmanes en la batalla de Covadonga.
Volvemos a la Plaza de la Catedral para encontrar una de las más famosas y fotografiadas estatuas de todas las que hay en Oviedo. Se trata de “La Regenta” (1997), que recrea a una dama de finales del siglo XIX que representa a Ana Ozores, personaje literario de Leopoldo Arias Clarín en la novela "La Regenta" que se desarrolla en Vetusta (Oviedo).
Desde el lugar en que se encuentra nuestra amiga Ana Ozores, podemos apreciar lo bella que es la Catedral de San Salvador, joya gótica del s. XIII, una de las más antiguas de España. En su interior podemos visitar la Cámara Santa, del siglo IX, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que alberga las joyas más preciadas de la catedral: las cruces de la Victoria y de los Ángeles, símbolos de Asturias y de la ciudad de Oviedo respectivamente, la Caja de las Ágatas y el Arca Santa, que contiene un gran número de reliquias entre las que se encuentra el Santo Sudario.
Subimos ahora hacia la Plaza del Ayuntamiento, donde se encuentra el edificio municipal, pero no nos detenemos para llegar hasta la Plaza de Trascorrales donde se encuentran tres esculturas muy características de Oviedo, en homenaje al mercado que solía instalarse en esta plaza, donde se vendía pescado y leche:
“Pescadera”
“El vendedor de Pescado”
“La lechera”
Seguimos ahora subiendo para llegar a la Plaza del Fontán, un patio rodeado de casas con balcones llenos de flores donde se suelen celebrar eventos culturales. Allí nos espera “La bella Lola”, donada por el Ayuntamiento de Torrevieja a Oviedo con motivo del hermanamiento de las dos ciudades.
Más adelante el Mercado del Fontán, un antiguo mercado techado que todavía funciona, y llegamos a la Plaza Daoíz y Velarde donde todos los fines de semana se celebra un mercado, y donde están las famosas ”Vendedoras del Fontán” conversando como se suele hacer en los días de mercado.
Esta zona está llena de llena de bares y terrazas donde los ovetenses se reúnen para hacer vida social sobre todo si hace buen tiempo. Así que podemos aprovechar para tomar algo, descansando mientras sentimos el ambiente.
Ahora retrocedemos por las estrechas calles como la de Cimadevilla para cruzar la Plaza de la Catedral por delante de la Regenta. En el camino encontraremos una de las pastelerías más antiguas y famosas de Oviedo, Camilo de Blás, donde podemos parar a probar los dulces típicos en especial el llamado Carbayon, hecho de azúcar, almendra y yema de huevo, llamado así en honor a los nativos de la ciudad a los que llaman “carbayones”. Llegamos ahora a la calle Gascona, la calle de moda para salir a tomar sidra y comer, presidida en ambos extremos por dos esculturas:
“Gitana”
“Guisandera”. Con esta obra se trata de dar reconocimiento a todas las madres, a las que se les homenajea por su labor silenciosa, paciente, tanto como amas de casa, como en trabajos realizados en mesones, posadas, casas de comidas y sidrerías.
Desde la calle Gascona, famosa por sus sidrerías y donde tomamos un “culín de sidra”, nos dirigimos ahora al Oviedo más comercial por la zona de la calle Uría. Para ello pasamos por la Plaza Porlier donde nos espera otra escultura, “El regreso de Willams B. Arrensberg”, conocida como “El viajero”. Representa un viajero empedernido, que acaba de regresar a Oviedo después de un viaje por el mundo, ataviado con gabardina, sombrero y maletas en mano.
Un poco más adelante, "Mujer Sentada" con unos típicos edificios del Oviedo señorial,
Continuamos por la calle San Francisco hasta la Plaza de la Escandalera, también conocida como la Plaza del Caja Astur y su famoso reloj que toca con sus campanas en las horas puntas el “Asturias Patria querida” que tanto les gusta a los turistas. En esta plaza dos nuevas esculturas,
“Asturcones”, representan a tamaño naturas los caballos asturianos rústicos y pequeños, procedentes de la familia de los ponis.
“La maternidad”, obra del famoso escultor colombiano Fernando Botero. La figura, que mide casi dos metros y medio, y pesa 800 kilogramos, deja al descubierto las redondeadas y obesas formas características del escultor colombiano
Seguimos caminando hasta el Teatro Campoamor, ubicado a pocos metros de la Plaza de la Escandalera donde todos los años se entregan los premios Príncipe de Asturias (Princesa actualmente). Frente al teatro nos encontramos “Esperanza Caminando”.
Por la calle que llega detrás del Teatro nos encontramos un bonito grupo escultórico, el "Monumento a la Concordia".
A un lado del teatro, donde comienza la calle Pelayo, está otra de las estatuas más famosas por su extravagancia, “Culis monumentalibus”. Obra de Eduardo Úrculo, representa un culo de monumental proporción que, sobre unas nalgas redondeadas, repetido por ambas caras, está elevado sobre una peana de granito. El título fue tomado por Úrculo de un artículo de Camilo José Cela, publicado en 1977 en el que hace mención de la “pasión” de Úrculo de pintar culos. Es otra de las estatuas más fotografiadas de Oviedo.
Después de visitar el primer café Starbucks que se ha abierto este año en Asturias frente al teatro, seguimos por la calle Pelayo, hasta llegar a “El Diestro” que representa el torso de un torero.
Cruzamos ahora para llegar a la famosa Calle Uría. Según vamos paseando nos encontramos en una de las transversales, la calle Milicias, otra famosa estatua, la de “Woody Allen”, a tamaño natural como si estuviera paseando por la ciudad. El ayuntamiento de Oviedo decidió erigir una estatua representando a este actor después de que se enamorara de la ciudad.
“Oviedo es una ciudad deliciosa, exótica, limpia, agradable, tranquila y peatonalizada, es como si no perteneciera a este mundo, como si no existiera… Oviedo es como un cuento de hadas”. Así se expresó Woody Allen de Oviedo en 2002 cuando la conoció al llegar a recoger el Premio Príncipe de Asturias de las Artes de ese año. El idilio entre Woody y Oviedo no se quedó aquí, y más tarde el director rodó parte de la película “Vicky Cristina Barcelona” en la ciudad.
Siguiendo por la Calle Uría llegamos al Parque San Francisco, el emblemático y antiguo parque de la ciudad. Aprovecharemos para recorrerlo y conocer varias esculturas ubicadas en sus caminos,
“La Torera”, erigida en recuerdo a Josefina Carril, una fotógrafa que se dedicaba a hacer fotos en el parque a la clase burguesa de la época, en el mismo sitio donde se ha colocado el monumento. Y como anécdota les cuento que mi mamá la conoció.
"Monumento a San Francisco de Asís". La escultura, hecha en piedra, es obra de Enrique del Fresno Guisasola, 1949. Según cuenta una leyenda, San Francisco de Asís pasó por Oviedo en el siglo XIII siendo peregrino del Camino de Santiago.
"Maternidad"
“Torso de Fruela I”
Terminamos nuestro paseo por Oviedo en la escultura que desde 2014 le está robando el protagonismo a “La Regenta” como la consentida de la ciudad. Se trata de “Mafalda” el célebre personaje creado por Quino. Creada por Pablo Irrgang (diseñador de otra para el barrio de San Telmo, en Buenos Aires) y colocada con motivo del premio Príncipe de Asturias con el que Quino fue galardonado. Sólo existen dos estatuas de Mafalda en el mundo. Para hacer la foto tuve que esperar, pero la verdad que es tan simpática que no me extraña que todo el mundo quiera salir en la foto con ella.
Quiero dejar constancia que hay muchas más esculturas por las calles de Oviedo, pero me limite a éstas que son las más famosas y representativas de la ruta. Para ver al completo necesitaríamos por lo menos dos días. ¿Te animas a hacerlo?