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El Panteón Nacional y el Mausoleo del Libertador


Los héroes y figuras ilustres de la historia de Venezuela, encabezados por el Libertador Simón Bolívar, reciben a su muerte el honor de ser enterrados en el Panteón Nacional. Todos los caraqueños tienen la imagen del Panteón grabada en la memoria. Su fachada principal con sus tres torres ha sido protagonista en nuestros libros escolares de historia y de muchos de nuestros paseos del colegio. Amante de la historia como soy, me propuse volver a visitar este histórico lugar, y aquí lo dejo reseñado, convencida de la necesidad de que todos conozcan nuestro principal monumento histórico.


La historia del edificio


El Panteón está ubicado en el edificio de la antigua Iglesia de la Santísima Trinidad de Caracas, construida entre 1744 y 1780 a motus propio por el albañil caraqueño Juan Domingo del Sacramento Infante, pardo libre, de inmensa fe que murió antes de terminarla y está enterrado en el altar mayor. La Iglesia fue inaugurada el 15 de julio de 1781 y destruida por el terremoto de 1812. Poco a poco fue reconstruida y sirvió de lugar de culto hasta que 1874 cuando fue expropiada por el Presidente Antonio Guzmán Blanco y convertida en Panteón Nacional para conservar los restos de todas las personas destacadas en la historia de Venezuela. Inaugurado el 28 de octubre de 1875, sufrió varias reformas en años posteriores. En el año 2012 se añadió a este Panteón una estructura moderna denominada Mausoleo del Libertador, con forma de vela de barco, que contrasta con el clasicismo del edificio original.


La elección de esta iglesia como Panteón

Guzmán Blanco eligió la iglesia de la Trinidad para crear el Panteón Nacional por su ubicación, en lo más alto de la entonces ciudad de Caracas, y por su vinculación histórica con la figura del Libertador Simón Bolívar: tres meses después de su nacimiento, en 1783, es llevado al templo por sus padres y por toda la familia, amigos y allegados, como muestra de agradecimiento por su nacimiento a la Santísima Trinidad. A los ochos año, Simón recibió allí su primera comunión. Los historiadores señalan que las ruinas del templo fueron visitadas por El Libertador en 1827 cuando estuvo por última vez en Caracas. Finalmente, cuando llegan sus restos a Caracas el 16 de diciembre de 1842 en medio de una gran conmemoración oficial, subiendo de La Guaira por el Camino de los Españoles, la Comitiva que lo acompañaba decidió que los restos permanecieran esa noche en la Iglesia de la Santísima Trinidad, para que al día siguiente recibieran los correspondientes honores antes de ser enterrados en la Catedral (donde permanecieron hasta su traslado a este Panteón en 1876).


Visitando el Panteón Nacional

Nosotros las últimas visitas que hemos hecho han sido acompañados de los jóvenes guías que te esperan en la puerta de acceso (no cobran por sus servicios) y que conocen muy bien todos los detalles del monumento y sus historias.

Desde su inauguración en 1875, los restos de 140 personajes históricos venezolanos han sido trasladados al Panteón Nacional, incluyendo los protagonistas de nuestro proceso de independencia, Presidentes de la República y representantes destacados del arte, la política, la cultura y la ciencia.

El Panteón está dividido en su interior en tres naves. En las laterales se encuentran once monumentos funerario todos de mármol en blanco y negro, entre los que destacan tres cenotafios (sepulcros vacíos) que recuerdan a tres personajes cuyos restos no se encuentran en el aquí: el del Generalísimo Francisco de Miranda (sus restos quedaron perdidos en el cementerio del Arsenal de la Carraca donde estuvo prisionero en Cádiz, España ña), el del Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre (sus restos se encuentran en la Catedral de Quito, Ecuador), y el de Don Andrés Bello (sus restos se encuentran en el Cementerio General de Santiago de Chile). El resto de los entierros se ubican en el suelo y paredes, señalados sus nombres en letras doradas.

Cenotafio de Francisco de Miranda

Hasta el año 2010, al fondo de la nave central se ubicaba el sarcófago con los restos del Libertador Simón Bolívar. Estaba presidido por el hermoso monumento funerario del escultor italiano Pietro Tenerani que en 1852 fue encargado por el gobierno de José Antonio Páez, para ser colocado en la tumba de Bolívar en la Catedral. Hoy en día una lápida de mármol en el suelo señala: “Entre 1876 y 2011 reposaron en este lugar los restos del Padre de la Patria Simón Bolívar máximo héroe de la libertad y la unidad de Nuestra América”. Desde este punto se accede hoy en día al Mausoleo del Libertador donde reposan ahora sus restos.

Las obras de Tito Salas

El Gobierno de Juan Vicente Gómez le encargó al pintor caraqueño Tito Salas la decoración interior del Panteón. Salas decoró la parte superior de las naves y de los arcos con 18 lienzos que representan episodios históricos de la vida del El Libertador. Todos son hermosos así que no dejes de observarlos. Destaca entre todos el que decora el techo de la nave central, llamado “Apoteosis del Libertador”.


El Mausoleo del Libertador

En el año 2012 se añadió al Panteón una estructura nueva y moderna para que albergara con mayores honores los restos de Simón Bolívar, llamada Mausoleo del Libertador. El exterior representa la forma de la vela de un barco, más alto que las torres de la antigua iglesia.

Entramos al Mausoleo por un túnel con paredes de vidrio que se abrió a través de la pared norte de la antigua iglesia, en donde se encontraba originalmente el sarcófago del Libertador y el monumento de Tenerani. Puedes ver aquí dos árboles de granados, familia de los que se encuentran en la Casa Natal del Libertador y que, según la tradición, era la fruta preferida del Libertador.


En el interior del Mausoleo te encuentras con una enorme sala con suelo de granito negro y una altura de 54 metros que hace aún más imponente el lugar, iluminado solamente por la luz natural del sol que entra a través de una pequeña abertura en lo más alto. La penumbra que produce hace que resalte en el fondo el conjunto funerario del Libertador, apenas iluminado por unas luces que desde el suelo iluminan hacia arriba con los colores de la bandera de Venezuela , (amarillo, azul y rojo). El sarcófago colocado en el centro está presidido por la obra de Terenani, las réplicas de las espadas de Bolívar, una guardia de honor permanente (con una ceremonia de cambio de guardia cada dos horas que te recomiendo) y las banderas de los seis países que liberó: Venezuela, Colombia, Perú, Ecuador, Panamá y Bolivia.


La situación política de Venezuela de los últimos años, hizo que este Mausoleo recibiera muchísimas críticas no sólo por el gobierno que ordenó su construcción sino también por el contraste ente clasicismo y modernidad de ambos edificios. Todo esto hace que muchas personas nunca se hayan acercado a conocerlo. Yo debo decir que mí me impresionó y me gustó. No tengo pena de decirlo. Me parece que es un lugar majestuoso para rendir honores al Libertador, y que sólo existe algo parecido en muy pocos países, quizás lo más cercano que conozco es la tumba de Napoleón en París. Las actuales circunstancias políticas han tergiversado nuestro sentir patrio y muchos pierden de vista la importancia de este lugar y la grandeza de nuestro Libertador Simón Bolívar, figura admirada en todo el mundo. La misma BBC de Londres lo ha elegido como uno de los cien personajes más influyente del siglo XIX en todo el mundo. Así que háganme caso, un día se organizan y van hasta el Panteón Nacional y el Mausoleo, (aprovechan para visitar los otros lugares del centro histórico). Me lo van a agradecer.


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