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Nuestro destino de hoy: Un árbol para admirar


Viajamos para conocer una ciudad, explorar un museo, sorprendernos con un paisaje. Pero nosotros también viajamos para encontrarnos de frente con una maravilla de la naturaleza como son los árboles centenarios que cada vez más son objeto de protección y punto de interés para los turistas. Hemos tenido la suerte de encontrarnos con varios cuando andamos recorriendo carreteras y ciudades, y son tan hermosos y magníficos que merecen ser reseñados en nuestro blog. Se los presentamos para que los conozcan y admiren.


Florida, Estados Unidos


The Senator (Big Tree Park, Longwood)

Era el ciprés calvo más grande y antiguo del mundo. En 1993, se estimaba que tenía 3.500 años, siendo el quinto árbol más antiguo del mundo. En el momento de su desaparición en 2012, tenía 38 m de altura, con un diámetro de tronco de 5,3 m. Las tribus nativas americanas que vivían en Florida Central usaban este árbol como un punto de referencia. A fines del siglo XIX, el árbol atrajo a los visitantes a pesar de que gran parte de la tierra circundante era pantanosa. Para llegar al árbol, saltaban de un tronco a otro. En el 2012 se desató un incendio en el árbol que lo destruyó, se pensaba que provocado por un rayo, pero más tarde se descubrió que el incendio había sido iniciado accidentalmente por un consumidor de drogas que se introducía en su tronco a fumar, y que luego fue arrestado. En el lugar se conservan los restos calcinados, como un monumento a la estupidez humana. En ese mismo parque se sembró y está creciendo un clon llamado "El Fénix". Hay otro ciprés viejo muy cerca del anterior: Lady Liberty. Tiene 27 m de altura, 3 m de diámetro y se estima que tiene 2.000 años de antigüedad. Es considerado el 26º árbol más viejo del mundo.


Downtown Orlando

En un parque llamado también Big Tree Park, encontramos el árbol más viejo de la ciudad de Orlando, un roble al que se le calculan 400 años.


Treaty Oak (Jessie Ball duPont Park, Jacksonville)

Es un hermoso árbol al que se le calculan 250 años, más antiguo incluso que la ciudad misma, que fue fundada en 1820. Tiene 21 m de altura, su tallo 7 m y una circunferencia de su copa de casi 45 m. Creció en forma de pulpo pues sus ramas crecen a los lados y bajan al suelo desde donde vuelven a subir. Es hermoso. En general, se cree que el origen del nombre está relacionado con historias locales sobre acuerdos de paz entre los nativos floridanos y los primeros colonos europeos.


Algunos de España


Tejo de Bermiego, Asturias

Se le calculan más de 1000 años. Está plantado en la falda occidental de la sierra del Aramo, a las afueras del pueblo y dentro del recinto de la iglesia de Santa María. El primer documento que menciona el pueblo es del año 857 y la iglesia en otro del año 1100. Cuentan los vecinos que aquellos del pueblo que emigraron a finales del S. XIX y primeros del XX, en sus cartas preguntaban en primer lugar por los familiares y luego igualmente por el estado del Teixu.


Fue declarado monumento natural en 1995. ​Su morfología es casi perfecta con una copa que mide 15 m, 10 m de altura y un tronco de entre 6,5 a 7 m de perímetro. Los celtas lo veneraban, lo consideraban mágico, y lo temían. Con el veneno de sus bayas se emponzoñaban las flechas que usaban los astures contra las legiones romanas del emperador Augusto, e incluso algunos se suicidaron mascando sus hojas antes de rendirse tras perder en alguna batalla. Se les consideraba intermediarios con las almas y por eso se ubicaban bajo sus ramas los lugares de culto anteriores al cristianismo. La costumbre siguió en tiempos de los romanos y luego la Iglesia cristiana la hizo suya. Es así como ermitas, capillas y santuarios se erigieron junto a grandes tejos. La conocida a expresión “tirar los tejos” parece provenir de una costumbre celta que tenía lugar durante la festividad del solsticio de verano, que consistía en que las mujeres jóvenes arrojaban semillas de tejo a los varones que gozaban de su predilección.


El Carbayón de Valentín, Asturias

Al igual que con los tejos, los antiguos pueblos celtas veneraban los robles (carvayón en asturiano), y era muy habitual que establecieran en sus cercanías los lugares de culto y los centros de reunión. Este es el roble más famoso y posiblemente el más viejo de Asturias, cuya existencia está documentada con anterioridad a la pequeña iglesia que ahora le hace compañía, consagrada a San Pedro. Se le calculan más de 700 años, incluso hay documentos anteriores al descubrimiento de América que mencionan su existencia. En 1995 fue declarado monumento natural de Asturias. La zona donde se ubica el árbol fue antiguamente un gran robledal que acabó deforestado para la obtención de madera. Al no tener competencia, tampoco tuvo necesidad de crecer en altura en busca de la luz y se quedó en unos discretos 11 metros, pero su tronco no cesó de expandirse hasta los actuales 10,28 metros por lo que es uno de los cinco robles más anchos de España.



Tejo de Salas, Asturias

El tejo de Salas se encuentra en el cementerio de la localidad, delante de la antigua iglesia parroquial de San Martín del s. XI o XII, declarada Bien de Interés Cultural, ya que tiene más de 800 años de historia. Es un tejo centenario porque seguramente sea anterior a la iglesia como ya hemos señalado anteriormente. Sus dimensiones son de 15,5 metros de altura, 13 m de envergadura de copa y algo más de 6 m de perímetro de tallo.​


El Ahuehuete de Madrid

El árbol más viejo de la ciudad se encuentra en el Parque del Retiro, junto al Casón del Buen Retiro muy cerca de la Puerta de Felipe IV en la zona del Parterre. Es de origen mexicano pero bien adaptado a las condiciones de Madrid y fue plantado en 1632, por lo que tiene 360 años. También llamado Ciprés mexicano, ciprés calvo o sabino.. Es de los pocos árboles del parque que salieron ilesos de la guerra de la Independencia contra los franceses, supuestamente porque los franceses amartillaron artillería en él para luchar contra los insurgentes. Y es aún un ejemplar joven, porque esta especie puede sobrevivir hasta 2000 años. Mide 25 metros de altura y su nombre significa “árbol viejo de los pantanos”.


Las Secuoyas del Palacio de La Granja, Segovia

En el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso (Segovia), justo antes de las puertas de acceso y frente a la Colegiata, se encuentran dos gigantescos arboles conocidos como el Rey y la Reina. Son Secuoyas, enormes seres vivos que fueron plantados en este lugar entre los años 1853 y 1877. El Rey, que mide unos 46 m de altura, es uno de los primeros de su especie introducidos en España, junto a la Reina, que se levanta a su lado con 41 m, pero con menos ramas ya que fue alcanzada por un rayo en 1991. Las secuoyas son arboles originarios de Sierra Nevada (California, EEUU), considerados los seres vivos más grandes que existen actualmente sobre la tierra, y también de los más longevos porque pueden alcanzar los 3000 años.


Olma de Nuevo Batzán

Nuevo Baztán fue fundado en los primeros años del siglo XVIII (1709 – 1713) por José Benito Churriguera, una ciudad industrial, y remató el proyecto con una hilera de olmos en la travesía principal para cobijar del sol, proyectar sombra y frescor a los viajeros que se acercaran y para adornar el entorno. Este árbol que hoy permanece solitario, pero hermoso, fue el único superviviente de una plaga de grafiosis que asoló toda la zona destruyendo todos los árboles de esta especie, y que a día de hoy goza de una estupenda salud. Árbol singular de la Comunidad de Madrid, tiene unos 300 años, 16 m de altura, un perímetro de su tronco de 5,20 m y la copa abarca los 18 m.



Portugal también tiene muchos


Olivo de Mouchão, Portugal

El olivo más longevo de la Península Ibérica está en la comarca lusa de Abrantes, en la localidad de Mouriscas, con 1.500 habitantes y bañada por el río Tajo. Se calcula tiene 3.350 años, siendo considerado el 6º más árbol más antiguo del mundo, con un altura de 3,2 metros y un tronco con un perímetro de 11,1 metros. Su foto es la portada de este artículo y aquí les enseño como está actualmente su envejecido tronco.


El ciprés del Jardín de Príncipe Real, Lisboa

Lisboa tiene también su árbol centenario que es precioso: un Ciprés Portugués o Ciprés de Bucaco con más de 150 años de historia, situado en uno de los jardines más bonitos e históricos de Lisboa, el Jardín de Príncipe Real construido en 1863. El árbol tiene aproximadamente 20m de diámetro en la copa lo que le da una presencia maravillosa en medio del parque.


Y en Caracas, Venezuela


El Samán de La Trinidad, de Andrés Bello o de Catuche

Muy cerca del Panteón Nacional se encuentra un antiguo Samán plantado en 1753 a orillas de la quebrada Catuche que podemos imaginar en aquellos días era un lindo y cristalino río que bajaba del Ávila, árbol que según la tradición fue plantado por Juan Domingo del Sacramento Infante, albañil que construyó la primera iglesia de la Santísima Trinidad, que luego pasó a ser el edificio del Panteón Nacional, y por ello algunos lo conocen como Samán de la Trinidad. También se le conoce como Samán de Catuche, por su cercanía a la quebrada. Para los historiadores es el Samán de Bello, porque bajo su sombra Simón Bolívar recibió clases de Andrés Bello, lo que le da mayor relevancia histórica. Bello, que solía leer y conversar bajo su sombra, le dedicó su poema “A un Samán”: "Agradabale en las aguas / ver flotar su sombra bella / mientras besaban su planta / al jugar por las praderas. / Del puro Catuche al margen, / propicios los cielos quieran / que, más felices, no escuches / tristes lamentos de guerra…”


La Ceiba de San Francisco

En el centro de Caracas, frente de la Iglesia de San Francisco en la Avenida Universidad, nos encontramos una ceiba centenaria que también es protagonista de la historia de Caracas. No se sabe con exactitud cuál fue el motivo y la identidad de su sembrador, aunque existen varias hipótesis. La que mejor se sustenta en la creencia popular es que la ceiba fue sembrada en 1866 por la hija de Vicente Manzo, funcionario de la Policía de Caracas, en una de las jardineras que adornaban el paseo que iba entre el antiguo Convento de las Carmelitas (hoy Palacio de las Academias) y la iglesia mencionada. Durante tres años la niña se encargó de cuidar su arbolito que ya para 1870 tenía tres metros de altura, según una fotografía tomada ese año. En tiempos del Presidente Guzmán Blanco, se rodeó el tronco del árbol con una defensa de cal y canto con una estructura de madera que funcionaba como escritorio, para los comerciantes y corredores que llegaban a la ciudad, a fin de que registraran las transacciones comerciales que realizaban bajo la sombra de la ceiba. Durante 74 años se mantuvo esta tradición, hasta mediados del siglo XX cuando ya tenían una sede propia en la hoy llamada Esquina La Bolsa. La Ceiba sirvió de base para el actual logotipo de la Bolsa de Valores de Caracas, que incluye un dibujo del árbol en primer plano, con la iglesia de San Francisco y el Palacio de las Academias al fondo. Fue declarada Patrimonio Natural en el 2001 y ya tiene unos 35 metros de altura.


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