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Santo Domingo: la ciudad de los primeros


Por razones de conexión de un vuelo internacional teníamos que pasar una noche en Santo Domingo, asi que aprovechamos para quedarnos dos, pero no en plan playa y sol (que será para la próxima) sino para conocer la ciudad y su centro histórico colonial, el más antiguo de América y uno de los mejor conservados. Importante como ninguna ciudad de América porque en unas pocas calles presume de albergar a muchos de los primeros de los europeos en el continente. Un lujo de visita para los amantes de la historia. Pero vayamos poco a poco, hay mucho que ver y mucho que contar.


A propósito de los “Primeros”

Cristóbal Colón llegó a América como todos sabemos el 12 de octubre de 1492 y toco tierra en la Guanahaní, una de las islas de las Bahamas a la que bautizaron San Salvador. De ahí siguieron explorando, llegando a las costas de Cuba (la llamaron Juana) y el norte de Haití, que nombraron La Española. Allí naufragó la “Santa María”, y con su madera se construyó un fortín llamado “La Navidad”. Colón regresó a España en la carabela “La Niña”.

En su segundo viaje en 1493 cuando llegó a La Española encontró destruido el fuerte por los nativos y ningún sobreviviente. Muy cerca, fundó otro asentamiento bautizado como La Isabela que tampoco se mantuvo en el tiempo. Es así como, después de la partida de Colón, los españoles siguieron explorando hacia el sur y en 1496, Bartolomé Colón, hermano del Almirante, fundó Santo Domingo de Guzmán, en la margen oriental del río Ozama. Se convirtió así en la primera ciudad fundada en el continente americano por los españoles que se ha mantenido en el tiempo, posteriormente trasladada por Nicolás de Ovando en a la margen occidental del mismo río donde hoy se encuentra el centro histórico colonial muy bien conservado que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990.


Mi recorrido por la Ciudad Colonial

Contrate un tour guiado por el centro histórico, con la suerte de que por ser un domingo con pocos visitantes me hicieron la visita a mi sola por el mismo precio. Estuve acompañada por un guía encantador que sabía mucho de historia así que además del paseo, la conversación estuvo de lo más animada. Desde aquí le doy las gracias a Kayaoe Excursiones.


Y sin más preámbulos, te cuento los lugares más interesantes que puedes conocer, paseando tranquilamente por sus calles y plazas coloniales. Sólo necesitarás vehículo para llegar al Faro de Colón, pero también puedes ir caminando aunque queda un poco más lejos.


Calle de Las Damas

Nuestro paseo empieza en la famosa Calle de las Damas, trazada desde la entonces Plaza Mayor, hoy Plaza España, donde se encuentra el Alcázar de Colón, palacio desde donde salían María de Toledo, esposa del Gobernador y Virrey Diego Colón (hijo del Almirante) y sus damas para pasear en las tardes e ir a misa en la Catedral e en algunas de las iglesias. Se conserva la arquitectura del siglo XVI de sus edificios coloniales convertidos en museos, embajadas y hoteles. Los sitios clave ubicados a lo largo de esta histórica calle incluyen la Fortaleza Ozama, la primera fortaleza de las Américas y el Panteón Nacional, lugar de descanso de los héroes nacionales de República Dominicana, así como al que fuera la Casa de Hernán Cortés.


Fortaleza Ozama, primera construcción militar permanente de los europeos en América

Construida por los españoles entre 1502 y 1507 bajo las órdenes del entonces gobernador Nicolás de Ovando, en un lugar estratégico de la ciudad, frente a la desembocadura del río Ozama, para defender la naciente ciudad, marcando el inicio de la colonización española. Un recinto amurallado, semejante a un castillo medieval, presidido por la Torre del Homenaje, con 21 metros de altura. La serpenteante escalera de caracol de la torre conduce a un mirador con impresionantes vistas del río Ozama y el puerto de Santo Domingo. Se conservan los túneles y calabozos originales de cuando servía de presidio, donde el mismo Cristóbal Colón fue prisionero.



Catedral de Santo Domingo, primera catedral de América

Llegamos a la antigua Plaza Mayor, que se inauguró en 1506 por lo que serpia también la primera, aunque desde 1887 se la conoce como Parque Colón, presidida por la estatua del Almirante que señala hacia el lugar de la isla donde llegó, y la heroína de los indígenas taínos, Anacaona, a sus pies, mirando al explorador. Vamos a visitar la primera Catedral de América. Construida entre 1510 y 1540, la primera catedral de las Américas, conocida como Santa Iglesia Catedral Basílica Nuestra Señora de la Encarnación o Anunciación, Primada de América. En su interior, decorado con pinturas coloniales y un techo gótico, se conservaron los restos de Cristóbal Colón hasta el año 1992 que fueron trasladado al Faro de Colón, en la margen opuesta del río.



Alcázar de Colón, primer palacio fortificado o castillo de América

Ahora nos dirigimos hacia la Plaza España, conocida como plaza de la Hispanidad, una amplia esplanada con restaurantes y terrazas al aire libre, presidida por la estatua de Nicolás de Ovando, ex gobernador de Santo Domingo, y el Alcázar de Colón, que fue mandado a construir en 1511 para servir como palacio virreinal por Diego, primer hijo de Cristóbal Colón, para albergar su nueva residencia junto a su esposa María de Toledo, sobrina del rey Fernando de España y emparentada con el Duque de Alba. Las obras duraron hasta 1514 y fue hogar de la familia Colón hasta 1577. Hoy en día es un interesante museo donde se exhibe las formas de vida de la época colonial, a través de sus muebles, arte, instrumentos musicales y armas del siglo XVI. En las estancias superiores, se recrean las habitaciones de Colón y María, el salón de recepciones y el despacho del Virrey Colón, donde planearon sus exploraciones en tierras de América personajes como Hernán Cortés, Pizarro, Pedro Alvarado o Vasco Núñez de Balboa, por nombrar algunos.

El Museo de las Casas Reales, edificio del primer tribunal de Justicia de los europeos en América

Este bello edificio muestra de la arquitectura colonial con patios andaluces, construido en 1511 fue utilizado como la Corte Real del Gobernador de España en el siglo XVI, sede del palacio del gobernador, de la tesorería y de los tribunales de justicia. Hoy en día, es un museo sobre la historia de República Dominicana desde el período colonial en 1492 hasta los días de la esclavitud, y la primera independencia del país de España en 1821. Encontrarás exhibiciones de los múltiples viajes de Colón, con réplicas de sus naves, una colección de tesoros de la época y la colección de armas del dictador Trujillo, que consiguieron tras su muerte y es increíble por la cantidad de armas de todas las épocas que tiene.


La primera casa de piedra de América

Muy cerca de la Plaza de España hay que fijarse en el edificio del Banco Popular Dominicano ya que se conserva la fachada de la primera casa de piedra de América, construida en 1502.


Iglesia de los Dominicos, primera iglesia católica y la primera universidad

Construida en 1510, más o menos a la vez que la Catedral, cuando llegó la orden a la isla de la Española, quince frailes enviados desde España, quienes establecieron la adyacente primera universidad de las Américas. Uno de ellos, Fray Antón de Montesinos, se convirtió en el primer defensor de los derechos humanos en América al denunciar los abusos sufridos por los indígenas taínos. El interior del convento es muy bonito y merece mucho que lo visitemos.


Ruinas del hospital de San Nicolás de Bari, primer hospital de América

Construido entre 1503 y 1508 en el gobierno del gobernador Nicolás de Ovando, el hospital más antiguo de América sirvió de modelo para otros hospitales construidos en el Nuevo Mundo. Estuvo operativo hasta mediados del siglo XVIII pero hoy en día está en ruinas, sobre todo por la destrucción del terremoto de 1900.


Ruinas Iglesia y Monasterio de San Francisco, primer monasterio de América

El edificio original de los franciscanos de 1508 fue construido en madera en lo alto de una colina. Entre los años 1523 y 1664 se reconstruyó en piedra, aunque las ruinas que vemos ahora son del siglo XVIII. Las ruinas son producto de varios desastres, incluyendo un incendio causado por el pirata Francis Drake, un huracán y un par de terremotos. Los historiados han establecido que en la entrada principal se encontraban sepultados Alonso de Ojeda y Bartolomé Colón



Museo de las Atarazanas Reales

El Museo alberga la exposición más importante de arqueología subacuática de República Dominicana y de toda América, una valiosa colección de bienes recuperados de los muchos naufragios de la época colonial en las costas dominicanas, ocurridos entre los siglos XV y XIX. El edificio del museo es una de Atarazanas del siglo XVI, o sea, los almacenes del puerto. No dejes de pasearte por las vitrinas de los tesoros y objetos recuperados y sus historias, y admirarte con la pared llena de las distintas ánforas que contenían lo necesario para la vida en el barco y en la colonia como aceite de oliva, vino, especies, alquitrán.


Y un poco más allá… el Faro a Colón

Cruzamos ahora uno de los muchos puentes sobre el río Ozama para llegar al otro lado de la ciudad y visitar el enorme edificio Faro a Colón, inaugurado en 1992 en ocasión de los 500 años del Encuentro de los Dos Mundos, y donde fueron trasladados los restos del Almirante que se conservaban en la Catedral desde 1544, o por lo menos parte de ellos, porque en España las pruebas de ADN han determinado que son originales los que se encuentran en la Catedral de Sevilla. El monumento tiene forma de cruz en honor a la evangelización del continente y se exhiben objetos de los nativos de todos los pueblos de América.


Terminamos paseando por el Malecón de Santo Domingo

El paseo marítimo de la ciudad, oficialmente llamada Avenida George Washington, bordeando el Mar Caribe, y muchos parques, modernos hoteles, restaurantes y vida nocturna, o simplemente sentarse en uno de sus bancos a disfrutar del mar e imaginarse que llega Colón en sus carabelas. Hermosa e histórica ciudad que no recibe la fama que se merece. Tienen que ir a conocerla. No los defraudará ya que es una ciudad llena de rincones encantadores, su gente es amable y simpática, se come muy bien y tiene todo lo necesario para disfrutar unos días, incluso como una escapada desde sus famosas playas.



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